El yoga es una parte fundamental de mi vida y un pilar esencial en mi proceso de desarrollo personal. Forma parte integral del método índigo, ya que no concibo un proceso de transformación sin una profunda conexión con el cuerpo y con uno mismo. Para mí, el yoga es “La Herramienta” clave para lograr esto.
A través de la práctica del yoga, adquirimos la capacidad de autoobservación y de un conocimiento profundo de nuestro cuerpo. Sin embargo, lo más revelador es que nuestra práctica refleja nuestra forma de estar en el mundo. ¿Qué diálogo interno tengo en la colchoneta? ¿Qué asanas o posturas se me resisten, y qué me digo cuando me enfrento a algo que no quiero hacer? ¿Qué me dice el ego? Esas mismas respuestas se replican en nuestra vida diaria. Observar estos patrones te lleva a un mayor autoconocimiento, a una conexión más profunda y, por tanto, te permite la transformación.
Si realmente deseas entender la vida en profundidad, es imperativo mirar hacia dentro y no hacia fuera, aunque esto implique un gran trabajo personal. Como bien señala Sadhguru en su libro Inner Engineering: A Yogi’s Guide to Joy, “El yoga está fundamentalmente dirigido a mejorar tu experiencia más allá de los cinco sentidos, más allá de cómo nos percibimos, más allá del cuerpo físico”.
Pero ¿cómo logramos esto? ¿Es necesario retirarse a una montaña en el Himalaya para mirar hacia dentro? ¡No! ¡En absoluto! Solo necesitas dirigir tu atención hacia ti mismo durante unos minutos al día. Deja de lado los dramas, deja de correr y de apresurarte. Simplemente recibe las cosas como son, deja la mente fuera y notarás los cambios con esta práctica diaria.Te propongo un ejercicio simple pero poderoso: toma conciencia de tu respiración. Dedica unos minutos al día para sentarte en silencio, cerrar los ojos y simplemente observar tu respiración. Este sencillo ejercicio te ayuda a reconectar contigo mismo y a centrar tu mente, estableciendo una base sólida para una práctica de yoga más profunda y significativa.
Al incorporar el yoga en tu vida diaria, no solo mejoras tu bienestar físico, sino que también te abres a una experiencia más profunda de ti mismo y del mundo que te rodea. Es un camino de transformación que te lleva a descubrir una nueva forma de ser, tanto en la colchoneta como fuera de ella.
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